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7.4. Indicadores para la evolución del tratamiento

 La efectividad de las técnicas implementadas en el tratamiento se debe establecer antes, durante y después del mismo, por medio de indicadores que permitan medir si se están produciendo cambios significativos en el sujeto, en la familia y en la pareja. Para ello es recomendable:

  1. Evaluar qué metas terapéuticas son relevantes para el tratamiento.
  2. Seleccionar qué técnicas de tratamiento son las idóneas para alcanzar los objetivos del programa de intervención.
  3. Neutralizar las variables distorsionadoras que puedan intervenir en el proceso, por ejemplo, si se produce un cambio encubierto de las expectativas del paciente que lo alejen del compromiso, si es necesario reforzar este interés o si se producen situaciones personales de mayor vulnerabilidad que pongan en peligro los compromisos.

 

Dichos cambios serán medidos y evaluados a través de los siguientes indicadores:

 

1. Indicadores de la motivación del paciente

  • Se derrumba ante los primeros obstáculos.
  • Cumple tareas, citas, participa y es activo.
  • Afronta problemas con actitudes lábiles, condescendientes con el consumo propio o ajeno o por el contrario es riguroso.
  • Falla en tareas, es impuntual, se justifica.
  • Se esfuerza por crear opinión colectiva contraria al consumo con sus actitudes y conductas.
  • Es manipulador.
  • Manifiesta alguna reserva ante alguna prescripción contraria al consumo.
  • Adopta actitudes pasivo-dependientes del tipo: “Vosotros sois quienes tenéis que resolver mi problema”.

 

2. Indicadores de la evolución cognitivo-conductual del paciente

  • Es capaz de modificar la ejecución de respuestas que estaban condicionadas anteriormente, como la ansiedad ante la visión. imaginaria o no, de un consumo.
  • Observa y registra la propia conducta.
  • Ejecuta conductas incompatibles con el consumo y adaptativas.
  • Discrimina las situaciones de riesgo.
  • Es capaz de auto-reforzarse por la realización de conductas adaptativas.
  • Influye en la modificación de estímulos internos y externos que pueden determinar la aparición de una conducta no pertinente.
  • Elimina o limita espacios, tiempos y personas asociadas con posibles consumos.
  • Ejecuta respuestas alternativas y contrarias a situaciones de estrés y ansiedad y posible consumo.
  • Planifica y programa lo que va a hacer y evalúa lo que ha hecho de forma correcta.
  • Registra sus pensamientos automáticos y creencias irracionales y efectos que producen.
  • Utiliza falacias de control.
  • Ante un problema o conflicto se detiene, analiza posibilidades, valora cada una de ellas y elige la mejor o mejores posibles.
  • Ejecuta aficiones y conductas de afrontamiento ante problemas y conflictos.
  • Desarrolla patrones de comunicación interpersonal más eficientes, de mayor interacción, negociación, defiende sus derechos.
  • Su apariencia interna y externa son más satisfactorias: aspecto físico, psicológico y social.
  • Ostenta un mayor nivel de competencias.

 

3. Indicadores de evolución en la terapia grupal

Además del compromiso terapéutico individual, el paciente puede adquirir un compromiso social mediante un contrato grupal que rechace el consumo y posibilite la confrontación reflexiva y la convivencia a través de actitudes planificadas y realizadas para y por el grupo.

  • Participa en las actividades del grupo
  • Colabora y coopera con los compañeros de grupo
  • Emplea adecuadamente su tiempo libre.
  • Ha incrementado progresivamente el nivel de comunicación con los miembros del grupo.
  • Acepta tranquilamente las críticas de sus compañeros
  • Acepta los compromisos de grupo.
  • Cuestiona a sus compañeros para ayudarles a resolver sus problemas.
  • Es capaz de respetar los derechos de los demás.
  • Refuerza grupalmente el consumo de sustancias alternativas al alcohol.
  • Conoce los aspectos básicos y consecuencias biopsicosociales de esta enfermedad.
  • Identifica factores de riesgo grupales e individuales.
  • Sabe evitar actitudes grupales favorables al consumo.
  • Sabe desarrollar estrategias de resolución de problemas y toma de decisiones de carácter grupal.

 

4. Indicadores de la evolución del conflicto intrapsíquico del paciente

  • Ha modificado algunas áreas determinadas de su estructura mental resolviendo sus perturbaciones derivadas de un conflicto intrapsíquico.
  • Ha resuelto parcialmente algunas resistencias y ha fortalecido otras con la subsiguiente integración parcial de las pulsiones reprimidas previamente en el YO adulto, provocando una fortaleza del YO.
  • Ha desarrollado el autoconocimiento de capacidades, limitaciones, necesidades y ha mejorado su autoestima.
  • Ha aprendido a percibir los derechos y necesidades de los demás.
  • Ha adquirido capacidades de compromiso y responsabilidad.
  • Ha desarrollado capacidades de aceptación e interiorización de normas y roles.

 

5. Indicadores de la evolución de la terapia familiar y de pareja

La intervención en terapia familiar debe ir dirigida a que la familia descargue, en las sesiones, toda la fuerza que desencadenan las tensiones y conflictos subyacentes sus, frustraciones y sus esperanzas. Con ello podrá superar sus contradicciones y ambivalencias mediante el afrontamiento y la profundización podrán salir a la luz los graves problemas que les afectan.

  • Se ha alcanzado un equilibrio en sus afectos.
  • Se han reestructurado los roles y la estructura familiar y cada miembro está en su lugar generacional.
  • La familia se ha reconciliado.
  • Se han encontrado soluciones puntuales a las distintas dificultades.
  • Se han identificado y superado las resistencias.
  • El sistema de relación es distinto del que había al comienzo.
  • Se comunican más y mejor los distintos componentes del sistema familiar, también subsistemas.
  • Existen unos límites generacionales claros.
  • Se ha eliminado la rigidez disfuncional, la autoridad es racional y lógica, existen normas explícitas y se respetan.

 

6. Indicadores de la eficacia del tratamiento

Tras el alta terapéutica, se debe efectuar un seguimiento de la situación del paciente, durante un período de entre 6 meses y 1 año aproximadamente. Este seguimiento se realiza mediante entrevistas con el paciente y con sus familiares y la realización de analíticas en caso de que así se acuerde. Resulta de mucha ayuda para evaluar la eficacia del tratamiento que realizó y su capacidad de adaptación a una vida ya sin el apoyo del equipo terapéutico.

Igualmente es importante tener en cuenta el porcentaje de pacientes que alcanzan el alta terapéutica a través del programa, puesto que este dato nos ofrecerá una visión objetiva de la eficacia del tratamiento.

De igual modo, conocer el porcentaje de abandonos terapéuticos durante el tratamiento nos permitirá enfocar los cambios y ajustes que se implementen en la estructura o las dinámicas programa.