Resumen

El presente proyecto de investigación tiene como objetivo analizar cómo la inteligencia artificial emocional, en adelante IAE, a través de la plataforma Biowik y respaldada por un equipo de psicólogos, puede suponer un complemento que contribuya al éxito de la terapia psicológica. 

La IAE es una forma de inteligencia artificial que se encuentra en pleno desarrollo y cuyo objetivo es poder comprender y responder a las emociones de los diferentes individuos a través de la tecnología disponible. 

En este contexto, se pretende determinar cómo la IAE puede complementar y mejorar la terapia tradicional específicamente para el tratamiento de adicciones y siempre como coadyuvante del profesional que lleva a cabo el proceso terapéutico.

El presente proyecto de investigación tiene como objetivo evaluar la eficiencia de la Inteligencia Artificial Emocional (IAE) como herramienta de apoyo al psicólogo clínico en el proceso de psicoterapia. La IAE es una tecnología en constante evolución que se centra en comprender y responder a las emociones humanas, lo que la hace potencialmente valiosa para mejorar la calidad de la atención en la práctica clínica. A través de este proyecto, se busca determinar cómo la IAE puede complementar y mejorar la terapia tradicional al proporcionar una comprensión más profunda de las emociones del paciente y ayudar en la toma de decisiones terapéuticas.

La adicción es un problema de salud mental significativo que afecta a millones de personas en todo el mundo. La psicoterapia es un enfoque esencial para el tratamiento de adicciones, pero los recursos humanos limitados y la creciente demanda de atención han llevado a la búsqueda de soluciones innovadoras. En este contexto, la Inteligencia Artificial Emocional (IAE) se presenta como una herramienta potencial para mejorar la eficiencia y la efectividad de la psicoterapia en el tratamiento de adicciones. Este proyecto de investigación tiene como objetivo evaluar la eficiencia de la IAE en el apoyo al psicólogo clínico en la terapia de adicciones, centrándose en su capacidad para analizar y responder a las emociones de los pacientes.

Justificación

En la actualidad nos encontramos con una contínua disputa entre aquellas personas que identifican la tecnología como enemigo y aquellas que la visualizan como una gran ayuda. Desde la situación de confinamiento a nivel mundial y hasta la actualidad, la tecnología nos ha brindado soportes de ayuda, como el teletrabajo, sin los cuales no habríamos podido llevar a cabo nuestras actividades del día a día.

Es importante tener en consideración que la investigación de la tecnología enfocada en la ayuda directa al ser humano ha ido evolucionando. Desde la creación de la lavadora hasta el surgimiento de dispositivos cómo “Alexa” denota como el tipo de asistencia va tomando una forma más humana y de acompañamiento. A su vez, las necesidades y los perfiles de los y las pacientes van cambiando de la misma manera que lo hace la relación terapeuta-paciente.

Una de las nuevas herramientas valiosas de la tecnología que ayuda al ser humano en las labores, entre otras muchas, terapéuticas, es la inteligencia artificial (IA)

Bien es cierto, que se ha de tener en cuenta que la IA no reemplaza a la persona ni a lo que supone la relación terapéutica, pero puede llegar a mejorar la eficacia y la eficiencia de la atención en muchos ámbitos de la salud mental. Se ha de tener en cuenta que estas nuevas herramientas ponen sobre la mesa todo tipo de cuestiones éticas por lo que, el uso de las mismas, se hará desde un prisma justo y transparente.

Objetivos 

• Objetivo General: Analizar si la terapia psicológica que emplea IAE como complemento al tratamiento de adicciones es más eficiente que la terapia tradicional que no emplea dicha herramienta.

• Objetivos específicos:
  • Analizar si la plataforma Biowick es eficiente como ayuda en el tratamiento de adicciones
  • Estudiar las posibles ventajas de la IAE en la psicoterapia
  • Establecer una correlación entre el uso de la IAE y la consolidación de la relación terapéutica
  • Llevar a cabo un análisis de las ventajas y desventajas del uso de la IAE tanto para pacientes como para psicoterapeutas. 

Marco teórico

(La inteligencia artificial emocional, el papel del paciente en la psicoterapia, la entrevista motivacional y las adicciones)

La inteligencia artificial (IA), del mismo modo que la inteligencia humana, es un concepto  complejo. Una definición simple hace referencia a la capacidad de las máquinas para usar algoritmos, aprender los datos y utilizar lo aprendido en lo relacionado con la toma de decisiones de la forma más parecida a como lo llevaría a cabo un humano (Rouhiainen, 2018). Bien es cierto que la inteligencia artificial es un concepto que todavía está en constante evolución y revisión pero se conoce que cuenta con algunas ramas específicas. En concreto y cómo una disciplina dentro de la inteligencia artificial, se encuentra la inteligencia artificial emocional (IAE) o como la define Rosalin Picard, la computación afectiva. La computación afectiva trata de simular, medir, comprender y reaccionar a las emociones tal y como lo haría el humano así como hace referencia al diseño de sistemas y dispositivos capaces de reconocer, procesar e interpretar nuestras emociones propiamente humanas (Picard, 2000). Como se hace referencia previamente, la inteligencia artificial prevé ayudar al ser humano en labores terapéuticas, y en concreto, de acompañamiento.

La labor de acompañamiento cuenta cada día con una mayor importancia debido al cambio circunstancial acontecido los últimos años en torno a la relación profesional-paciente.  El paciente, conviviendo en un modelo paternalista, ha sido considerado sujeto pasivo hasta el siglo XIX y la llegada de la psicología. A raíz del surgimiento de las distintas escuelas, se crea una relación de comunicación sincera en la que se introduce al paciente como persona activa en el proceso terapéutico (Kaba y Soria Kumaran, 2007). El desarrollo del paciente, de la misma manera que la sociedad en general, ha ido evolucionando y parte de estos cambios vienen determinados por el surgimiento de las nuevas tecnologías y los avances que sugieren las mismas.

El famoso psicólogo, Carl Rogers, fue uno de los primeros en favorecer el uso de la psicoterapia centrada en el cliente, también conocida como centrada en la persona. Este enfoque pone de manifiesto la importancia del uso de la psicoterapia como fuente de apoyo en el proceso de autorrealización de las propias personas y por lo tanto, la idea de la autonomía del paciente, se ve reforzada (Arellano y Rodríguez, 2021). Su enfoque terapéutico se centraba en una actitud por parte del terapeuta empática, congruente y haciendo uso de la aceptación incondicional. Estos principios han sido posteriormente incorporados en la Entrevista Motivacional.

La Entrevista Motivacional (EM) tiene como finalidad organizar las conversaciones entre terapeuta-paciente, en este caso, de modo que las personas sean las que promuevan el cambio en sí mismas, es decir, explora las propias razones del paciente para cambiar (Hettema, Steele y Miller, 2008). De esta manera y teniendo en cuenta la importancia de trabajar con una imagen de “paciente proactivo”,  el uso de este tipo de entrevista ha resultado una herramienta eficaz en lo que respecta al tratamiento de adicciones tanto para abordar problemas de consumo de alcohol como posteriormente para el abuso de sustancias (Miller y Rollnick, 1999).

La conceptualización de la adicción y los enfoques de tratamiento han evolucionado con el tiempo, y varios autores han contribuido significativamente a estas áreas. De esta manera, se ve conveniente hacer uso de una definición recogida por una entidad a nivel mundial: la OMS. La Organización Mundial de la Salud define la adicción como una enfermedad de tipo física así como psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación (OMS, 1994). 

Por su parte el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders V (DSM V) clasifica la adicción dentro de la categoría de trastorno por consumo de sustancias (TCS). Y establece que para que una persona sea diagnosticada dentro de este trastorno debe presentar al menos tres de los siguientes criterios:   

• Consumo de riesgo.
• Problemas sociales o personales relacionados con el consumo.
• Abandono de actividades ajenas al consumo de sustancias.
• Tolerancia a los efectos de dicha sustancia.
• Síndrome de abstinencia cuando se interrumpe el consumo de la misma.
• Consumir altas cantidades de la sustancia durante periodos de tiempo prolongados.
• Intentos frustrados de abandono.
• Pasar mucho tiempo cada día consumiendo o en actividades relacionadas con el consumo.
• Sufrir problemas físicos o psicológicos relacionados con el consumo.
• Abandono de actividades que antes resultaban placenteras por consumir.
• Experimentar un elevado deseo de consumir o craving.

Como refleja el trabajo de Moreno y Porras, (2020), el Covid-19, propició el uso de las técnicas de información y comunicación, en adelante TIC, en el contexto de la terapia psicológica, estableciendo el desarrollo de sesiones online. 

Asimismo, el mismo trabajo, pone de manifiesto cómo las herramientas tecnológicas constituyen un valioso recurso en el desempeño de la labor del psicoterapeuta, aunque, del mismo modo, no pueden sustituir al psicoterapeuta sino servirle de complemento o ayuda.  

Las investigaciones más recientes en el campo de la inteligencia artificial buscan poder reproducir las emociones desde una perspectiva funcional y de ayuda, sin pretender dotar a la tecnología de emociones, (Bedia, 2006).

Como reflejan Rivera y Sánchez, (2016), el debate reside en si la utilización de la inteligencia artificial en psicoterapia supone una ayuda eficaz para la mejora de los pacientes o si por el contrario,supone un riesgo en cuanto a que las máquinas lleguen a sustituir a los profesionales sanitarios.

Roussos, A. J. y Braun, M. (2016), ponen de manifiesto algunas de las ventajas de emplear la inteligencia artificial en terapia como son: la facilidad de acceso, el menor coste económico y la posibilidad de poder atender a un gran número de pacientes a los que el sistema sanitario es incapaz de atender. 

El mismo estudio señala la necesidad de seguir evaluando cuáles son las ventajas del uso de la inteligencia artificial en el ámbito de la salud mental, así cómo de ahondar en los principales desafíos a los que nos enfrentamos en lo referente al uso de esta nueva tecnología. 

En la misma línea de investigación, León-Gómez et al. (2023), enumeran una serie de retos que supone el uso de estas nuevas tecnologías en el ámbito sanitario, entre otras señalan las siguientes: ciberseguridad, ética, calidad y eficacia de la IA en la intervención médica, acceso, equidad y colaboración humano-máquina, así como los desafíos y retos futuros en dicha interrelación. 

En el artículo de Rojo (2016), se pone de manifiesto cómo la Inteligencia Artificial, y en concreto, el Big Data, permitirán individualizar el tratamiento del paciente en las distintas áreas de su vida, ya que, al contrario de lo que pasa con los seres humanos, la capacidad de establecer correlaciones de la inteligencia artificial es ilimitada. 

El estudio de Suso-Ribera y García-Palacios (2022), pone de manifiesto cómo la mayoría de la investigación hasta la fecha se ha centrado en demostrar la eficacia de la Terapia Cognitivo Conductual para el tratamiento de trastornos emocionales a través del ordenador o de un dispositivo móvil. El mismo trabajo refleja que la combinación de tratamiento psicológico y TIC contribuye a reducir algunos de los problemas a los que se enfrentaba la psicología tradicional, estos serían por ejemplo el estigma social, las listas de espera, la falta de anonimato, la necesidad de desplazamientos o los elevados costes económicos que conlleva una terapia presencial.