PLAN DE FORMACIÓN AEDA
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El tratamiento de un paciente adicto consta, a grandes rasgos, de tres fases:
La división en etapas del Método de Tratamiento Aeda contempla estas 3 etapas, pero también añade algunos momentos extra a lo largo del proceso, quedando establecido como sigue.
La llegada del paciente ante el equipo técnico puede tener orígenes diversos, sin embargo, desde un punto de vista técnico no resulta trascendente quién vaya a hacer la primera entrevista. Cualquier miembro del equipo debe poder efectuarla, pero siempre es importante desarrollar una actitud terapéutica de escucha, respeto, comprensión, seguridad y firmeza.
Estas primeras entrevistas constituyen un momento importante en el que se debe de considerar qué tipo de paciente vamos a atender y que cuál es su tipo de adicción. Se trata de una persona que durante mucho tiempo ha ocultado o negado su dependencia, ha intentado minimizar sus efectos o, tal vez, está indeciso y, ahora, va a entrar en un proceso de toma de consciencia de su adicción. Tal vez su familia le haya justificado en muchas de sus actuaciones, tal vez no hayan podido o sabido reconocer su problema y probablemente aparecerán nuevos obstáculos a lo largo del tratamiento. De cualquier manera, comienza un arduo camino que va a exigir lo mejor de cada profesional.
Determinemos, en primer lugar, en qué estadio se encuentra el paciente en base a su motivación para el cambio:
Una vez identificado el estadio en el que se encuentra el paciente, hemos de prestar atención al tipo de demanda que suelen realizar tanto los pacientes como sus familias:
Teniendo en cuenta esto, es importante que el terapeuta sepa actuar sin aceptar imposiciones, ni urgencias, teniendo en cuenta que apresurarse implicará grandes fracasos con gran probabilidad. El paciente adicto suele autoengañarse y justificase, llegando incluso al extremo de abandonar el consumo por un cierto tiempo para demostrar su capacidad de control.
Por lo tanto, las recomendaciones para que el terapeuta comience el tratamiento son las siguientes:
Instrumentos para establecer un criterio diagnóstico
La intervención se centrará fundamentalmente en la estructura interna del paciente (pensamientos, emociones, comportamientos, etc.), en la estructura familiar y de pareja y en lo grupal como representación de lo social.
Se preocupará por conseguir una adaptación del individuo a un estado físico y psíquico sin consumo, en abstinencia; abandonando progresivamente los hábitos asociados a él y sustituyéndolos por otros en dónde realmente sí tenga libertad de decisión y actuación, frutos de una nueva forma de vida más autónoma e independiente.
Objetivos generales
Objetivos específicos
Duración aproximada: 1-2 meses
Objetivo general
Tomar distancia del ambiente y la cultura que haya favorecido la conducta adictiva
Objetivos específicos
Actividades
Itinerario
Una vez que el usuario finaliza el procedimiento de ingreso accede al Fase de Acogida, integrándose en las actividades grupales de dicho nivel.
Es responsabilidad del Terapeuta informar al usuario y a su familia en el día de su incorporación de los horarios, actividades, así como presentarle al equipo terapéutico y a los otros usuarios.
En el ingreso, el Terapeuta le entrega al usuario las normas, límites y responsabilidades del Fase de Acogida.
El terapeuta de Fase de Acogida es responsable de presentar al usuario y a su familia al Coordinador del programa.
Contrato
Antes de pasados quince días de su incorporación, el Terapeuta firmará con el usuario y la persona de seguimiento el contrato terapéutico. Cuando se firma el contrato se debe autorizar el uso de datos, a través del formulario, que se adjunta al contrato.
Estudio del caso
Entre los quince y treinta primeros días desde su incorporación, se deberá realizar al usuario: el Europasi, test Millon (test validado) y la entrevista abierta. La realización es responsabilidad del Terapeuta asignado en la reunión de Equipo.
Con la información recogida con estos tres instrumentos, el Terapeuta asignado realiza la Historia Psicosocial, antes de pasada una semana.
El Terapeuta asignado pasa los resultados del Europasi a la base de datos Aeda FUTURA, antes de pasada una semana desde la realización del test.
Es responsabilidad del Terapeuta del Fase de Acogida velar por que los Europasi y demás instrumentos estén al día, así como transmitir en la reunión de equipo los próximos usuarios a los que se les debe realizar los test.
Mensualmente, el Coordinador de Comunidad terapéutica comprueba que los Europasi y demás instrumentos están al día, reflejándose en el acta de reunión de Equipo. Los test que falten por realizar son planificados por el Coordinador, asignando responsable y plazo (que no podrá exceder de una semana).
Coloquios individuales
El Terapeuta de la Fase de Acogida es responsable de llevar a cabo los coloquios individuales que el usuario necesite, con el objetivo de profundizar sobre sus dificultades y necesidades.
Como mínimo realizará un coloquio en la Fase de Acogida, y tantos extraordinarios como requiera el usuario.
Los coloquios pueden ser a propuesta del Terapeuta o a petición del usuario.
El terapeuta planifica los coloquios de común acuerdo con el usuario, estableciendo día y hora.
Los coloquios los registra en la hoja de proceso del usuario.
Intervenciones
Cuando el Terapeuta de la Fase de Acogida estima oportuno la realización de una intervención, la lleva a cabo con el usuario, dejando constancia en la hoja de proceso del usuario.
Las reflexiones o similar que el usuario realiza y documenta, son analizadas y guardadas por el Terapeuta de la Fase de Acogida.
Dentro de las intervenciones el Terapeuta de la Fase de Acogida realizará cuantos coloquios de reflexión sean necesarios. Como mínimo hará uno al inicio de la intervención y uno al final.
Actividades grupales
Actividades con la familia
Las actividades con las familias de los usuarios de las fases de acogida son las siguientes:
El grupo de psicoterapia es realizado por la persona designada en la reunión de Coordinadores, a propuesta del Equipo de Comunidad terapéutica. El registro de la psicoterapia es de asistencia.
El terapeuta de familias o en su defecto el terapeuta de la Fase de Acogida es responsable de informar a las familias sobre la fecha de realización de los seminarios a los que deban asistir, con la suficiente antelación (mínimo dos días antes).
Es responsabilidad del Terapeuta del Fase de Acogida o del Terapeuta de Familia (según se decida en la reunión de Equipo) realizar los coloquios con la familia, dejando constancia en la Hoja de Proceso. Como mínimo deberá hacer uno en el Fase de Acogida y tantos como sean necesarios a propuesta del Terapeuta o petición de la familia.
Duración aproximada: 2 meses
Objetivo general
Facilitar y promover el proceso personal de motivación para el cambio de los usuarios y usuarias.
Objetivos específicos
Actividades
Itinerario
Una vez que el terapeuta valora junto con el usuario el cumplimiento de los criterios de cambio de nivel, se informa al equipo y el usuario accede al Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación, integrándose en las actividades grupales de dicho nivel.
Es responsabilidad del Terapeuta informar al usuario y a su familia en el día de su incorporación de los horarios y actividades.
Contrato
Antes de pasados cinco días de su incorporación, el terapeuta de Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación firmará con el usuario y la persona de seguimiento el contrato terapéutico del Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación.
En la firma del contrato, el Terapeuta entrega al usuario y a la persona de seguimiento las normas, límites y responsabilidades del Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación.
Coloquios individuales
El Terapeuta del Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación es responsable de llevar a cabo los coloquios individuales que el usuario necesite, con el objetivo de profundizar sobre sus dificultades y necesidades.
Como mínimo realizará 3 coloquios en el Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación, y tantos extraordinarios como requiera el usuario.
Los coloquios pueden ser a propuesta del Terapeuta o a petición del usuario.
El terapeuta planifica los coloquios de común acuerdo con el usuario, estableciendo día y hora.
Los coloquios los registra en la hoja de proceso del usuario.
Anamnesis personal
Al mes de estancia en el Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación del usuario, el terapeuta del Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación le propondrá que elija al terapeuta con el que quiere realizar la anamnesis personal.
Una vez elegido el terapeuta, éste concretará con el usuario fecha y hora para realizar la anamnesis, habiendo de quedar concluida en el mes siguiente, quedando registrada en el formulario.
Intervenciones
Cuando el Terapeuta de Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación estima oportuno la realización de una intervención, la lleva a cabo con el usuario, dejando constancia en la hoja de proceso del usuario.
Las reflexiones o similares que el usuario realiza y documenta, son analizadas y guardadas por el Terapeuta del Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación, en la carpeta del usuario.
Dentro de las intervenciones el Terapeuta del Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación realizará cuantos coloquios individuales sean necesarios. Como mínimo hará uno al inicio de la intervención y uno al final.
Actividades grupales
El terapeuta del Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación es responsable de proponer a la reunión de equipo las fechas de realización de las convivencias, grupos de alcohol, grupos de confrontación de autovaloración personal, así como unifamiliares y cambios de nivel.
Actividades con la familia
Las actividades con las familias de los usuarios de Nivel I de la fase de tratamiento y deshabituación son las siguientes:
El grupo de psicoterapia es realizado por la persona designada en la reunión de Coordinadores, a propuesta del Equipo de Comunidad terapéutica. El registro de la psicoterapia es de asistencia.
Terapeuta de Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación es responsable de informar a las familias sobre la fecha de realización de los seminarios a los que deban asistir, con la suficiente antelación (mínimo dos días antes).
En un plazo de un mes del ingreso del usuario en el Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación, el terapeuta de familias o en su defecto el terapeuta del Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación deberá realizar la anamnesis familiar (historia familiar), con las personas de la familia de origen y con las de la familia adquirida, si la tuviese, quedando registrada en el formulario.
Es responsabilidad del Terapeuta de familias o en su defecto del terapeuta del Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación velar por que las historias familiares estén al día.
Mensualmente, el Coordinador de Comunidad terapéutica comprueba que las historias familiares están al día, reflejándose en el acta de reunión de Equipo. Las historias que falten por realizar son planificadas por el Coordinador, asignando responsable y plazo (que no podrá exceder de dos semanas).
Es responsabilidad del Terapeuta del Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación o del Terapeuta de Familia (según se decida en la reunión de Equipo) realizar los coloquios con la familia, dejando constancia en la Hoja de Proceso. Como mínimo deberá hacer dos en el Nivel I de la Fase de tratamiento y deshabituación y tantos como sean necesarios a propuesta del Terapeuta o petición de la familia.
Descripción
Resulta muy curioso el modo en que las personas reaccionamos ante ciertos estímulos que sólo son significativos para nosotros mismos. Imaginemos que caminamos por la calle y, de pronto, el peculiar sonido de una motocicleta que cruza a lo lejos nos genera una potente reacción fisiológica, alterando nuestro ritmo cardíaco, nuestra respiración, y nos hace conectar inmediatamente con un recuerdo muy personal. Lo mismo puede ocurrir al identificar un perfume entre la multitud, o al leer una palabra en un muro de la ciudad.
Efectivamente, los humanos generamos un tipo de aprendizajes, denominados asociativos y que, una vez grabados en nuestro recuerdo, se comportan de una manera muy parecida a los reflejos. Es decir, nos provocan respuestas automáticas, involuntarias, e inmediatas, y tienen un carácter eminentemente emocional. Sin embargo, no somos los únicos en crear este tipo de asociaciones. Otros animales, como los perros y los gatos, también lo hacen.
En el estudio de estos mecanismos primitivos, destacó el médico norteamericano Paul MacLean, quien fue el primero en identificar las áreas cerebrales relacionadas con la regulación de los elementos básicos para la supervivencia y los instintos básicos. Les llamó cerebro reptiliano y cerebro paleomamífero, y corresponden al tallo encefálico y al sistema límbico respectivamente. Mientras la corteza cerebral, se encarga de funciones superiores, razonamientos abstractos, cálculos matemáticos y deducciones complejas, existe un núcleo en nuestro cerebro que procesa los instintos básicos.
Por su parte, y refiriéndonos ya específicamente a aquel aprendizaje asociativo del que hablábamos al inicio, el fisiólogo ruso ganador del Premio Nobel Iván Petróvich Pávlov, designó con el término “condicionamiento clásico” al modo en el que nuestra mente es capaz de enlazar poderosamente un estímulo cualquiera a una reacción fisiológica. Para demostrarlo, acostumbró a un perro a recibir comida pocos segundos después de hacer sonar una campanilla. Posteriormente y, según cuentan por casualidad, observó que el perro comenzaba a salivar nada más escuchar el familiar sonido de la campanilla, a pesar de que en aquella ocasión no se le proporcionara alimento alguno. Y este condicionamiento se mantenía por algún tiempo.
Las implicaciones de este tipo de asociaciones son fundamentales en nuestra vida. A la hora de analizar las conductas adictivas, por ejemplo, observamos que muchas personas experimentan deseos de fumar un cigarro cuando terminan la jornada laboral. Otros asocian el consumo de cocaína a estilos musicales específicos. En otras áreas, hay quienes sienten náuseas ante el olor a gasolina porque lo vinculan a viajes interminables por carreteras de curvas.
Pese a todo, gracias a la enorme plasticidad de nuestra mente, también podemos reaprender, y generar nuevas asociaciones más sanas.
Centrándonos más específicamente en nuestro tratamiento, hemos de tener en cuenta que el objetivo de la etapa conductual consiste en romper con el proceso de dependencia biopsicosocial y contemplar nuevas formas de vida interna y social sin consumo de alcohol. Puede prolongarse desde más o menos seis meses hasta el año aproximadamente, pudiendo efectuarse en régimen ambulatorio.
La psicoterapia va dirigida a lo más profundo, al núcleo de la personalidad del paciente, a que descubra que no puede continuar con la eterna ambivalencia “quiero ayuda / quiero un trago”. Resulta fundamental aclarar que no existen soluciones rápidas ni mágicas, que el trabajo terapéutico tiene su evolución, esfuerzo y coste que debe ser asumido por las distintas partes implicadas, que no hay que culpabilizar a nadie, pero sí responsabilizarse activamente de la intervención aceptando que sea el terapeuta quien la conduzca.
Han de afrontarse las resistencias y justificaciones del paciente, los chantajes, ocultamientos, aplazamientos en el mantenimiento de la abstinencia, etc.
La terapia cognitiva
Desde la psicología cognitiva, el tratamiento de la dependencia a cualquier sustancia se apoya en una serie de estímulos y refuerzos condicionados que actúan como mediadores internos de conducta. Así, la tarea del terapeuta consiste en:
Modelos cognitivos de las adicciones
El proceso de la adicción puede desarrollarse por diferentes vías según la psicología cognitiva:
Técnicas Cognitivas
La utilización de técnicas cognitivas nos va a permitir establecer objetivos a medio y largo plazo mediante una evaluación de las ventajas y desventajas que proporcionará la abstinencia. Posteriormente habrán de buscarse formas satisfactorias de afrontar los problemas reales y los sentimientos desagradables del paciente sin tener que volver al consumo. Para ello existen unas técnicas útiles:
Técnica de la discusión y análisis de los pensamientos y conductas que el paciente ha dejado en segundo plano desde que inicio el consumo: afectos, emociones y relaciones sociales que ha perdido. El paciente ha de generar opciones y soluciones. Hemos de tener en cuenta que los pensamientos adictivos, al igual que otros pensamientos irracionales, suelen ser automáticos, no conscientes y ejecutados de manera continua. Además, son resistentes al cambio porque las conexiones entre sus pensamientos sus emociones y sus sentimientos han creado un hábito. Tomar conciencia de estos patrones automatizados resulta fundamental para transformarlos por otros más adaptativos. Esto se lleva a cabo mediante un proceso que contempla 4 momentos:
Estas 4 etapas pueden alcanzarse más fácilmente mediante las siguientes estrategias cognitivas:
Técnicas conductuales
Técnicas psicoanalíticas
Pese a que el carácter de esta etapa es esencialmente cognitivo-conductual, también podemos servirnos de las aportaciones de otros abordajes si resultara necesario.
En este caso, las técnicas psicoanalíticas consideran que las conductas adictivas son síntomas de una personalidad premórbida fruto de trastornos y conflictos de carácter inconsciente del individuo. Por ello sugieren que sea el terapeuta quien dirija un análisis de los acontecimientos vitales pasados y presentes del paciente. A través de dicho análisis, el paciente debe establecer asociaciones, relaciones causa-efecto, en los acontecimientos de su vida. El objetivo es alcanzar la abstinencia y el fortalecimiento del Yo, es decir, una personalidad equilibrada, frente al ello y al superyó. Es decir, sus instintos y pulsiones y su conciencia moralista. Posteriormente, a través de la catarsis, acceder al insight o toma de consciencia.
Para ello es necesario que aprenda a tolerar mejor sus frustraciones, a demorar las satisfacciones, a interiorizar la necesidad de autoexigencia, de responsabilidad, a aceptar sus limitaciones.
Desde las técnicas psicoanalíticas, la intervención se dirige a resolver síntomas específicos que van apareciendo mediante el análisis, el uso de la transferencia y la contratransferencia, reviviendo con el terapeuta conflictos que tuvo con otras personas (padres, hermanos, parejas, amigos, etc.) Finalmente, la energía de las pulsiones se dirige a otro fin, a otro objeto.
Terapia grupal
La intervención terapéutica a través de la creación de grupos de autoayuda viene determinada por la necesidad de potenciar las intervenciones que son desarrolladas por el Equipo Terapéutico en el proceso de deshabituación con la intención de obtener la máxima eficacia posible. Requisitos:
Tipos de grupos:
La psicoterapia grupal permite que el paciente tome conciencia de su enfermedad, aprenda a vivir sin la sustancia psicoactiva, se informe, en profundidad, de lo que significa la adicción, aprenda a identificar factores generales y personales de riesgo, así como a desarrollar conductas alternativas al consumo. Contribuye a que se exterioricen los sentimientos y las emociones, a identificar los mitos y creencias irracionales y sustituirlas por otras más lógicas y racionales, a mejorar la capacidad para relacionarse, a entender que la adicción no se trata de un vicio sino de una enfermedad de la cual no son culpables, con lo que mejora la autoestima. Propicia el aprendizaje vicario de hábitos y de formas de pensamiento más adaptativos. Implica un compromiso grupal de responsabilidad y respeto, y permite el desarrollo de roles más satisfactorios.
Terapia familiar y de pareja
El contacto inicial con las sustancias psicoactivas suele llevar primero a un uso y luego a un abuso, originándose en la preadolescencia o adolescencia. Esta etapa evolutiva constituye, en sí misma, un factor de riesgo puesto que se trata de un período de cambio de valores y creencias en el que resulta habitual experimentar de nuevas conductas, el joven busca autoafirmar su personalidad, se modifican las relaciones intrafamiliares y sociales, y la persona se prepara para la independencia en todos los sentidos.
Se diferencian tres etapas en el joven adicto:
En cuanto a las actitudes más frecuentes en los padres, solemos encontrar a una madre sobreprotectora, permisiva, simbiótica y posesiva, mientras que el padre tiende a mostrarse distante, débil, ausente y autoritario, La identificación de estas actitudes y su tratamiento desde la intervención psicoterapéutica resultará enormemente beneficiosa para la evolución del paciente. Para ello, el terapeuta deberá:
Duración aproximada: 3-4 meses
Objetivo general
Profundizar en el autoconocimiento para facilitar el crecimiento personal y la prevención de recaídas.
Objetivos específicos
Actividades
Itinerario
Una vez que el terapeuta valora junto con el usuario el cumplimiento de los criterios de cambio de nivel, se informa al equipo y el usuario accede al Nivel II de la Fase de tratamiento y deshabituación, integrándose en las actividades grupales de dicho nivel.
Es responsabilidad del Terapeuta informar al usuario y a su familia en el día de su incorporación de los horarios y actividades.
Contrato
Antes de pasados cinco días de su incorporación, el Terapeuta firmará con el usuario y la persona de seguimiento el contrato terapéutico del Nivel II de la Fase de tratamiento y deshabituación.
En la firma del contrato, el Terapeuta le entrega al usuario y a la persona de seguimiento las normas, límites y responsabilidades del Nivel II de la Fase de tratamiento y deshabituación.
Coloquios individuales
El Terapeuta del Nivel II de la Fase de tratamiento y deshabituación es responsable de llevar a cabo los coloquios individuales que el usuario necesite, con el objetivo de profundizar sobre sus dificultades y necesidades.
Como mínimo realizará 6 coloquios en el Nivel II de la Fase de tratamiento y deshabituación, y tantos extraordinarios como requiera el usuario.
Los coloquios pueden ser a propuesta del Terapeuta o a petición del usuario.
El terapeuta planifica los coloquios de común acuerdo con el usuario, estableciendo día y hora.
Los coloquios los registra en la hoja de proceso del usuario.
Intervenciones
Cuando el Terapeuta de Nivel II de la Fase de tratamiento y deshabituación estima oportuno la realización de una intervención, la lleva a cabo con el usuario, dejando constancia en la hoja de proceso del usuario.
Las reflexiones o similar que el usuario realiza y documenta, son analizadas y guardadas por el Terapeuta del Nivel II de la Fase de tratamiento y deshabituación, en la carpeta del usuario.
Dentro de las intervenciones el Terapeuta del Nivel II de la Fase de tratamiento y deshabituación realizará cuantos coloquios individuales sean necesarios. Como mínimo hará uno al inicio de la intervención y uno al final.
Actividades grupales
Es responsabilidad del terapeuta del Nivel II de la Fase de tratamiento y deshabituación proponer al equipo las fechas de realización de grupos históricos, grupos de alcohol, convivencias, grupos unifamiliares, encuentros familiares/de pareja y grupos de confrontación de autovaloraciones.
Actividades con la familia
Las actividades con las familias de los usuarios de Nivel II de la fase de tratamiento y deshabituación son las siguientes:
El grupo de psicoterapia es realizado por la persona designada en la reunión de Coordinadores, a propuesta del Equipo de Comunidad terapéutica. El registro de la psicoterapia es de asistencia.
El Terapeuta de Nivel II de la Fase de tratamiento y deshabituación es el responsable de realizar los grupos de seguimiento con las familias y, en casos imprevistos, se asignará en la reunión de Equipo el Terapeuta encargado de realizar el seguimiento semanalmente.
El grupo de seguimiento queda registrado en el LIBRETA DE SEGUIMIENTO, por parte del Terapeuta que realiza el grupo
El grupo de psicoterapia es realizado por la persona designada en la reunión de Coordinadores, a propuesta del Equipo de Comunidad terapéutica. El registro de la autoayuda es de asistencia.
Terapeuta de Nivel II de la Fase de tratamiento y deshabituación es responsable de informar a las familias sobre la fecha de realización de los seminarios a los que deban asistir, con la suficiente antelación (mínimo dos días antes).
Duración aproximada: 1 mes
Objetivo general
Promover recursos personales específicos en el usuario para facilitar su inserción social.
Objetivos específicos
Actividades
Itinerario
Una vez que el terapeuta valora junto con el usuario el cumplimiento de los criterios de cambio de nivel, se informa al equipo y el usuario accede a la Fase de Apoyo a la inserción social, integrándose en las actividades grupales de dicho nivel.
Es responsabilidad del Terapeuta informar al usuario y a su familia en el día de su incorporación de los horarios y actividades.
Contrato
Antes de pasados cinco días de su incorporación, el Terapeuta firmará con el usuario y la persona de seguimiento el contrato terapéutico de la Fase de Apoyo a la Inserción social.
En la firma del contrato, el Terapeuta le entrega al usuario y a la persona de seguimiento las normas, límites y responsabilidades de la Fase de Apoyo a la inserción social.
Coloquios individuales
El Terapeuta de la Fase es responsable de llevar a cabo los coloquios individuales que el usuario necesite, con el objetivo de profundizar sobre sus dificultades y necesidades.
Como mínimo realizará 1 coloquio en la Fase, y tantos extraordinarios como requiera el usuario.
Los coloquios pueden ser a propuesta del Terapeuta o a petición del usuario.
El terapeuta planifica los coloquios de común acuerdo con el usuario, estableciendo día y hora.
Los coloquios los registra en la hoja de proceso del usuario.
Intervenciones
Cuando el Terapeuta de la Fase estima oportuno la realización de una intervención, la lleva a cabo con el usuario, dejando constancia en la hoja de proceso del usuario.
Las reflexiones o similar que el usuario realiza y documenta, son analizadas y guardadas por el Terapeuta de la Fase, en la carpeta del usuario.
Dentro de las intervenciones el Terapeuta de la Fase realizará cuantos coloquios individuales sean necesarios. Como mínimo hará uno al inicio de la intervención y uno al final.
Actividades grupales
Actividades con la familia
Las actividades con las familias de los usuarios de la fase son las siguientes:
El grupo de psicoterapia es realizado por la persona designada en la reunión de Coordinadores, a propuesta del Equipo de Comunidad terapéutica. El registro de la psicoterapia es de asistencia.
El Terapeuta de Nivel II de la Fase de tratamiento y deshabituación es el responsable de realizar los grupos de seguimiento con las familias y, en casos imprevistos, se asignará en la reunión de Equipo el Terapeuta encargado de realizar el seguimiento semanalmente.
El grupo de seguimiento queda registrado en el LIBRETA DE SEGUIMIENTO, por parte del Terapeuta que realiza el grupo
El grupo de psicoterapia es realizado por la persona designada en la reunión de Coordinadores, a propuesta del Equipo de Comunidad terapéutica. El registro de la autoayuda es de asistencia.
Terapeuta de Nivel II de la Fase de tratamiento y deshabituación es responsable de informar a las familias sobre la fecha de realización de los seminarios a los que deban asistir, con la suficiente antelación (mínimo dos días antes).
Descripción
La inserción del paciente adicto está directamente relacionada con la adquisición de un nivel formativo y de un empleo que le permitan alcanzar la autonomía. Sin embargo, son igualmente decisivos otros aspectos del desarrollo personal tales como el buen uso de las actividades de ocio o de tiempo libre, así como sus habilidades para relacionarse con grupos de iguales alejados del consumo de SP.
A nivel educativo, encontramos la formación inicial y reglada, la formación ocupacional y la formación continua. Todas ellas requieren de metodológicas propias y adecuadas a las características idiosincráticas del paciente.
Los principales objetivos de esta etapa son:
Al igual que en otros aspectos de las drogodependencias, en la inserción social se han iniciado importantes y novedosos marcos de actuación, haciendo frente no sólo al desempleo sino al mantenimiento en el empleo. El objetivo radicará en crear o dar al tratamiento un enfoque más globalizador que se enfoca más allá de la intervención sanitaria o terapéutica.
El hecho de que la adicción sea un problema crónico que, en cualquier momento, puede generar una recaída, implica en muchas ocasiones resistencias por parte de los empleadores. Por ello es necesario el uso de metodologías específicas diseñadas, desde el comienzo, del tratamiento. Los mismos enfoques psico-sanitario o judicial demuestran cierta pobreza para comprender la verdadera problemática de la drogodependencia en su totalidad.
Por otra parte, es importante tener presente que la inserción del adicto no sólo debe orientarse al área laboral, sino también a sus espacios de ocio, sus hobbies, y su acceso a la cultura.
Objetivos
La finalidad de todo ello es alcanzar experiencias satisfactorias, enriquecer las relaciones sociales y asumir conocimientos acerca de la enfermedad, así como normas culturales. Para ello, el terapeuta ha de evitar cualquier elemento disgregador en el proceso de reinserción. Su actitud ha de ser integradora y socializadora.
Pero también es necesaria una predisposición política y social. No olvidemos que la reinserción social sólo se consigue con la sociedad a la que debemos pedir una evolución en sus actitudes y en sus comportamientos para alcanzar esas mentalidades que llamamos sociales.
El taller individualizado de búsqueda activa de empleo y tiempo libre
Para ello en Aeda contamos con el Taller individualizado de búsqueda activa de empleo y tiempo libre, que se caracteriza por:
Todas estas acciones están encaminadas a informar y motivar al paciente para que alcance una incorporación laboral y una buena utilización de sus espacios de ocio.
El desarrollo del Taller consta de varias fases:
Una vez el paciente ha logrado acceder a un puesto de trabajo es muy importante que continúe asistiendo a los grupos de seguimiento durante algún tiempo, tanto para transmitir su experiencia a los nuevos pacientes, como para mantener las habilidades y los aprendizajes obtenidos.
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