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Némesis

 

El trabajo del guionista tiene muchos puntos en común con el del psicólogo. Construir un personaje en el papel, con todas sus aristas, con sus motivaciones y conflictos internos, con sus virtudes y sus defectos, exige del escritor un profundo conocimiento acerca de la naturaleza humana.

Las referencias para concebir a un personaje tienen su origen en la mitología griega, en donde existían fundamentalmente dos tipos de historia: las tragedias y las comedias. Así, Melpómene, hija de Zeus y Mnemósine, es la musa que inspiró el teatro trágico, habitualmente caracterizada con caras vestimentas y un puñal ensangrentado en la mano. Su carácter es duro, exigente y riguroso. En el otro ángulo de la escena encontramos a Talía, musa de la comedia y de la poesía pastoril. Se trata de una divinidad de carácter rural. Una joven risueña, burlona y vivaracha que habitualmente sujeta un bastón de pastor en su mano. Es más comprensiva, cercana y simpática que Melpómene, pero también más perezosa e inestable, lo que da pie para muchas situaciones cómicas.

Una vez definido el tono de la obra, el escritor trata de dotar a su protagonista de una fuerte motivación, esencialmente emocional. Se esfuerza porque el personaje sea multidimensional e imprevisible. Posteriormente construye los personajes secundarios, que contribuyen a definir al principal. Encontramos los llamados “supporting” que lo apoyan para alcanzar sus objetivos, los animadores, los Pepito Grillo. Se trata de arquetipos que han estado presentes desde Shakespeare a Chejov, a lo largo de los siglos.

Para que el espectador muestre interés por un protagonista es esencial que pueda identificarse con él, que pueda aprender algo de él, que comprenda su motivo irresistible para desarrollar la acción, y que crea que merece vencer en el conflicto que nos plantea la historia.

Pero existe un personaje esencial en la mayoría de las historias: el adversario, el antihéroe, el archienemigo, la némesis del protagonista. Este es lo opuesto al héroe, posee sus mismas características, pero en negativo; pensemos en Batman y Joker. Pero, lo realmente interesante es que se trata de un personaje que conoce al héroe de manera íntima, lo conoce mejor que todos los demás. Tanto sus verdaderos deseos como sus puntos débiles. El objetivo de este oscuro sujeto suele ser la venganza, generalmente motivada por la envidia. Además, usualmente, estos dos personajes comienzan siendo buenos amigos, como es el caso de Amadeus y Salieri, Elijah Price y David Dunn (en “El protegido”), Darth Vader y Luke Skywalker (en este caso padre e hijo), etc.

Y en el fondo, ambos componen una unidad, en la que podemos vernos reflejados. Así somos, con nuestras luces y nuestras sombras, en eterno conflicto con nosotros mismos.

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